Reflexión 30 de Noviembre 2020

“La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras. El Señor ama la justicia y el derecho; llena está la tierra de su amor» (Salmos 33. 4, 5)
El verso de hoy nos ayuda a conocer y comprender mejor a Dios. Maravillosamente estos dos versículos hablan de algunos rasgos del carácter de Dios. Nos hablan de la sabiduría de sus dichos, nos muestran que no es indiferente a la administración de la justicia y del legítimo derecho, y dan testimonio de su fidelidad y amor.
En definitiva, sólo confirman que la manera de conocer a Dios, sus virtudes y su carácter, es posible a través de la Biblia, su Palabra, como lo demuestran estos dos versos del salmo 33.
A través del relato bíblico de lo que Dios “ha hecho”, “dónde lo ha hecho”, “porque lo ha hecho” y “con quién”, se nos muestra su carácter, sus pensamientos, sus propósitos, sus reacciones, sus decisiones y motivaciones, entre otros aspectos. Y esto es sencillamente maravilloso, pues nos muestra al Dios de la Biblia, al verdadero, y no el que nos han querido mostrar, o el que nos acomoda imaginar.
Por eso es imprescindible leer y meditar la Biblia pues nos ayuda a conocer la personalidad de nuestro buen Dios. Y esto es vital para relacionarnos con Él pues, a través de Cristo, desarrollamos una relación legítima, verdadera y sincera.
Ya no es lo que “nos han dicho”, o lo que “yo creo”, respecto de Dios sino lo que verdaderamente Él quiso revelar de sí mismo a través de Su Palabra. No puedes decir que conoces, o crees, en Dios si eres ignorante en el conocimiento de la Biblia, porque inmediatamente surge la pregunta, ¿cómo ES tu Dios?
Hermanos y hermanas queridos, la Biblia nos habla de la justicia de Dios, de su amor, de su gracia, de su misericordia, pero también de su ira, de su castigo y de su santidad; y la razón de ello es porque quiere relacionarse con nosotros. Y cómo no podemos amar a quién no conocemos, Él quiere ser conocido, para ser amado genuinamente.
Te animo a conocer de un modo distinto a Dios. Que no te digan cómo es, más bien conócelo tú mismo comenzando por leer la Biblia, fortaleciendo así tu fe en Él, y comenzando a experimentarlo en tu vida. ¡Que Dios te bendiga!
Pr. Guillermo Hernández P.